jueves, 15 de mayo de 2008

FUCKING SOUVENIRS

Bienaventurados los olvidadizos, porque ellos olvidan hasta sus propios errores

Friedrich Nietzsche

“Eternal sunshine of the spotless mind” ("El resplandor eterno de una mente sin recuerdos" traducida como “Olvídate de mí”), me ha venido a la memoria supongo que en un juego de interconexiones. Escribo esto a raíz de un artículo que leí hace apenas unos días, la ficción cinematográfica se ha transformado en realidad. Y es que la ciencia nos va a posibilitar que borremos aquello que a nuestro desentender nos sobra. Pero ¿seríamos lo que somos y los que somos sin esas vivencias? ¿Hasta qué punto nos transformaron? ¿Caeríamos en las mismas experiencias una vez que las hubiéramos olvidado? ¿Mejor olvidar que…? (Se me olvidó) .

Ya nuestro eterno Sigmund Freud nos habló hace más de un siglo del concepto de memoria reprimida y son numerosos los textos literarios que nos cuentan cuán corta fue la experiencia y cuán largo fue el olvido. En realidad, no existen tantos temas, los temas se nos repiten una y otra vez, pero adoptan múltiples formas, ahí, pienso, está quiquaequod entre otras eternidades. Kerouak escribió "vive tu memoria y asómbrate". Yo de momento la vivo, me asombro y hasta a veces la evoco. Y si me equivoco...


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de ver "Olvidate de mi" en excelente compañía gracias a la referencia en tu blos.
Me ha gustado mucho y da que pensar en si realmente se inventan esas cosas.
Juan Cubo

Anabel dijo...

¿En excelente compañía gracias a la referencia de mi blog? Es broma, me alegro que te haya gustado, y si es al cubo aún mejor.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Estos últimos comentarios parecen de una Trinidad: son tres pero quizá un solo autor verdadero. En cualquier caso, consejo: Al que no le guste lo que lee, que no sea masoquista y se pire. A otros si que nos gusta y aquí queda dicho.

Joseda dijo...

Qué grande, qué grande cuando coge el prota después de aplicarse el tratamiento y se pone a correr dentro de su cabeza tratando de sujetar los recuerdos de la Winslet para que no se borren; me parece la escena más romántica que he visto en el cine desde lo de Casablanca, bueno, no sé, desde hace mucho tiempo, seguro.