"Al pasar de una versión original a una traducida, en el cine, a veces nos llevamos sorpresas ¿sorprendentes?”
Tras recibir algunos comentarios en la entrada anterior me he puesto a rebuscar un poco en el cajón de la traducción, que, por si no lo sabéis a estas alturas, está lleno de elementos varios, pintorescos y coloridos, y he intentado responder a preguntas que yo misma me he venido cuestionando a lo largo de esta vida y que God save “the” it! (Y puesto que este blog es mío me permito las licencias que me parezcan oportunas y oportunistas. Dixi).
¿Y cómo empezar? Como diría un gran amigo, enfrentarse a un texto en blanco es ardua tarea, pero ya que tengo unas líneas previamente escritas esto resultará más fácil, espero y esperanto.
Comenzaré por decir que traducir diálogos de películas no es cosa fácil, lo fácil es criticar, como se ha venido haciendo hasta el momento. Este mismo amigo me dijo en cierta ocasión que, para degustar un plato, él... es el mejor "gourmet", pero para cocinarlo, malo malo (esto que comento es sólo un símil que no sé si tiene mucho trasfondo a lo que estoy pretendiendo explicar, sin embargo, espero que captéis el sentido). Mas no divaguemos y recuperemos los inicios, que por ser inicios, siempre -dicen- suelen ser buenos.
Y metidos ya en materia comencemos por intentar esbozar, a grandes rasgos, estos hechos. Si al traducir un texto añadimos que debemos tener en cuenta la grabación de voz, al añadir los subtítulos la cosa se complica (no estamos hablando de traducir libros, que ése, sin lugar a dudas, es otro narrar). Y esto implica no sólo responsabilidades de tipo técnico sino también una traducción que podríamos denominar de modo “especial”. La lengua meta (es decir, la lengua a la que ha de traducirse el texto), debe tener la longitud similar a la del texto original (en caso de doblaje) o incluso más breve si ésta ha de leerse.
Este campo es "complicadamente" complejo. Os diré que cada país tiene una tradición diferente a la hora de traducir películas, pero realmente, estas tradiciones se circunscriben a sólo dos: o bien se subtitulan o bien se doblan (¿os imagináis que se mimetizaran? No sería mala idea, aunque ¿posible? ¿Y con un mimo debajo gesticulando?...). Existe también una tercera (y ésta se da sobre todo en traducciones de programas de televisión –documentales y entrevistas, normalmente y que ha generando numerosos sketchs cómicos) y es la de sobre o superponer la voz (casi el equivalente de la traducción simultánea, que, particularmente, a mí me exaspera, aunque los traductores simultáneos me merecen todo mi respeto, os prometo que es una tarea de suma dificultad).
Decidir si un film se traduce o se dobla responde a numerosas cuestiones y factores. Existen factores tradicionales, técnicos, históricos, económicos y costumbristas, así como el “arraigo” del ambas lenguas dentro del contexto internacional.
“La domesticación” (así es como Hochel denomina el método que modifica el texto origen y hace familiar al espectador lo que está escuchando en la lengua meta) es aquella en la que el diálogo se ajusta a la boca y a los movimientos de los actores en la película. ¿Y cuál es el objetivo? Hacer sentir a la audiencia que están hablando en su propio idioma.
Si hablamos de subtítulos, como modo de captaciones sincronizadas, normalmente, en la parte de abajo de la pantalla, leeremos un texto que irremediablemente altera, en la forma “más nimia” posible, la lengua origen y que a la vez, permite al espectador experimentar la calidad del texto original siendo consciente de que está recibiendo input por parte de ambas lenguas (aunque cuando recuerde la película -dicen los entendidos- no tendrá consciencia de haberlo estado leyendo).
Si consultamos The Routledge Encyclopaedia of Translation Studies (1997) sabremos que existen países de habla inglesa contemporáneos (y que no dé lugar a risa, puesto que hubo tiempos donde otros tuvieron como primera lengua el imperialista inglés por razones colonizadoras -teniendo su propia lengua como segunda- remitámonos por ejemplo a La India (que en 1965 dejó de tener el inglés como lengua oficial) y que me atrevo a decir que tal vez si se hubiera mantenido sus películas musicales Bollywood habrían sido más Hollywood, ¡una auténtica pero auténtica lástima!)- donde apenas se importan películas rodadas en idiomas diferentes. Dado que el número de importaciones es tan reducido ¿para qué doblar? Con los subtítulos ya va que chuta.
Por el contrario, Francia (quién lo diría… si hubiera triunfado definitivamente aquel imperio normando), Italia, Alemania y España (también nosotros…) que sí que doblan sus películas, tanto las que importan, como las que exportan y ¿por qué? Pues la mayoría de las veces se debe a razones de tipo histórico.
Otra razón a añadir es que existen países que doblan sus películas porque hay un porcentaje altísimo de películas de importación y por tanto, una gran demanda. Países como Noruega, Suecia, Dinamarca, Grecia, Eslovenia, Croacia, Portugal y algunos otros países no europeos optan por no doblar las películas. En Bélgica, Suiza y Finlandia, donde se da el bilingüismo, se ha preferido subtitular.
El último grupo que, según la Routledge Encyclopaedia, abarca la superposición de voz son aquéllos que no se pueden permitir el doblaje, por ejemplo; países como Rusia y Polonia.
Cuando “el cine comenzó a hablar” fue cuando realmente surgieron los problemas. Eran, y andábamos -si mal no recuerdo- por los años 20. Al principio, las compañías americanas intentaron solucionar esta diatriba lingüística de forma ¿sencilla? Fijaos, utilizaban los mismos escenarios pero diferentes directores y actores en distintas lenguas (¿os imagináis el tinglado?). Como consecuencia a esto, las películas se volvieron inabarcables, se necesitaba tantísimo presupuesto que no se podían llevar a cabo y en el caso de que algún atrevido dijera que sí, debía contratar a tantos directores y actores con un salario tan miserable que las películas resultaron ser artísticamente paupérrimas, por no utilizar otro adjetivo, y por supuesto no hubo recaudación que equilibrara lo invertido. Fue entonces cuando a Francia se le ocurrió la gran idea de innovar con el doblaje. Tachán...
De momento os dejo con una escena "bendeada"... y ni más ni menos de una superproducción. Atención que los subtítulos son en castellano pero de Sudamérica, y digamos que hay cierta "disparidad" terminológica. ¿Queréis saberla? Intentad "averigüarla vos".
¿Y cómo empezar? Como diría un gran amigo, enfrentarse a un texto en blanco es ardua tarea, pero ya que tengo unas líneas previamente escritas esto resultará más fácil, espero y esperanto.
Comenzaré por decir que traducir diálogos de películas no es cosa fácil, lo fácil es criticar, como se ha venido haciendo hasta el momento. Este mismo amigo me dijo en cierta ocasión que, para degustar un plato, él... es el mejor "gourmet", pero para cocinarlo, malo malo (esto que comento es sólo un símil que no sé si tiene mucho trasfondo a lo que estoy pretendiendo explicar, sin embargo, espero que captéis el sentido). Mas no divaguemos y recuperemos los inicios, que por ser inicios, siempre -dicen- suelen ser buenos.
Y metidos ya en materia comencemos por intentar esbozar, a grandes rasgos, estos hechos. Si al traducir un texto añadimos que debemos tener en cuenta la grabación de voz, al añadir los subtítulos la cosa se complica (no estamos hablando de traducir libros, que ése, sin lugar a dudas, es otro narrar). Y esto implica no sólo responsabilidades de tipo técnico sino también una traducción que podríamos denominar de modo “especial”. La lengua meta (es decir, la lengua a la que ha de traducirse el texto), debe tener la longitud similar a la del texto original (en caso de doblaje) o incluso más breve si ésta ha de leerse.
Este campo es "complicadamente" complejo. Os diré que cada país tiene una tradición diferente a la hora de traducir películas, pero realmente, estas tradiciones se circunscriben a sólo dos: o bien se subtitulan o bien se doblan (¿os imagináis que se mimetizaran? No sería mala idea, aunque ¿posible? ¿Y con un mimo debajo gesticulando?...). Existe también una tercera (y ésta se da sobre todo en traducciones de programas de televisión –documentales y entrevistas, normalmente y que ha generando numerosos sketchs cómicos) y es la de sobre o superponer la voz (casi el equivalente de la traducción simultánea, que, particularmente, a mí me exaspera, aunque los traductores simultáneos me merecen todo mi respeto, os prometo que es una tarea de suma dificultad).
Decidir si un film se traduce o se dobla responde a numerosas cuestiones y factores. Existen factores tradicionales, técnicos, históricos, económicos y costumbristas, así como el “arraigo” del ambas lenguas dentro del contexto internacional.
“La domesticación” (así es como Hochel denomina el método que modifica el texto origen y hace familiar al espectador lo que está escuchando en la lengua meta) es aquella en la que el diálogo se ajusta a la boca y a los movimientos de los actores en la película. ¿Y cuál es el objetivo? Hacer sentir a la audiencia que están hablando en su propio idioma.
Si hablamos de subtítulos, como modo de captaciones sincronizadas, normalmente, en la parte de abajo de la pantalla, leeremos un texto que irremediablemente altera, en la forma “más nimia” posible, la lengua origen y que a la vez, permite al espectador experimentar la calidad del texto original siendo consciente de que está recibiendo input por parte de ambas lenguas (aunque cuando recuerde la película -dicen los entendidos- no tendrá consciencia de haberlo estado leyendo).
Si consultamos The Routledge Encyclopaedia of Translation Studies (1997) sabremos que existen países de habla inglesa contemporáneos (y que no dé lugar a risa, puesto que hubo tiempos donde otros tuvieron como primera lengua el imperialista inglés por razones colonizadoras -teniendo su propia lengua como segunda- remitámonos por ejemplo a La India (que en 1965 dejó de tener el inglés como lengua oficial) y que me atrevo a decir que tal vez si se hubiera mantenido sus películas musicales Bollywood habrían sido más Hollywood, ¡una auténtica pero auténtica lástima!)- donde apenas se importan películas rodadas en idiomas diferentes. Dado que el número de importaciones es tan reducido ¿para qué doblar? Con los subtítulos ya va que chuta.
Por el contrario, Francia (quién lo diría… si hubiera triunfado definitivamente aquel imperio normando), Italia, Alemania y España (también nosotros…) que sí que doblan sus películas, tanto las que importan, como las que exportan y ¿por qué? Pues la mayoría de las veces se debe a razones de tipo histórico.
Otra razón a añadir es que existen países que doblan sus películas porque hay un porcentaje altísimo de películas de importación y por tanto, una gran demanda. Países como Noruega, Suecia, Dinamarca, Grecia, Eslovenia, Croacia, Portugal y algunos otros países no europeos optan por no doblar las películas. En Bélgica, Suiza y Finlandia, donde se da el bilingüismo, se ha preferido subtitular.
El último grupo que, según la Routledge Encyclopaedia, abarca la superposición de voz son aquéllos que no se pueden permitir el doblaje, por ejemplo; países como Rusia y Polonia.
Cuando “el cine comenzó a hablar” fue cuando realmente surgieron los problemas. Eran, y andábamos -si mal no recuerdo- por los años 20. Al principio, las compañías americanas intentaron solucionar esta diatriba lingüística de forma ¿sencilla? Fijaos, utilizaban los mismos escenarios pero diferentes directores y actores en distintas lenguas (¿os imagináis el tinglado?). Como consecuencia a esto, las películas se volvieron inabarcables, se necesitaba tantísimo presupuesto que no se podían llevar a cabo y en el caso de que algún atrevido dijera que sí, debía contratar a tantos directores y actores con un salario tan miserable que las películas resultaron ser artísticamente paupérrimas, por no utilizar otro adjetivo, y por supuesto no hubo recaudación que equilibrara lo invertido. Fue entonces cuando a Francia se le ocurrió la gran idea de innovar con el doblaje. Tachán...
De momento os dejo con una escena "bendeada"... y ni más ni menos de una superproducción. Atención que los subtítulos son en castellano pero de Sudamérica, y digamos que hay cierta "disparidad" terminológica. ¿Queréis saberla? Intentad "averigüarla vos".
BE CONTINUED
5 comentarios:
Traductora, no puedes ser traidora pues en este "post" revelas cosas que ignorábamos (al menos el que suscribe). Me parece interesantérrimo y como en las series de éxito, espero ansiosamente la segunda parte. Gracias por darme "la chance" de poder comentar y, comenzando por el final, decirte que ese doblaje de Titanic (¿de Argentina?) no tiene desperdicio y vale toda la "guita" del mundo.
La alternativa entre traducir o doblar las películas es realmente (como bien dices) una cuestión compleja, y ahora al leerte veo que más de lo que pensaba.Viendo el vídeo de "Titanic" por ejemplo se me ocurre otro factor que es la de la variabilidad regional de las grandes lenguas, como en este caso el castellano-español que debe (¿debe?) ser traducido no solo al idioma en general sino también a la variante dialectal (¿es correcto?) local.
Es verdad que en España los dobladores son muy buenos y nos hemos acostumbrado a ello, pero no hemos de olvidar la alternativa del subtitulado aquí más olvidada, y en cualquier caso siempre, que previamente la traducción sea buena. Como ejemplo te pongo este enlace al capítulo 9 de la cuarta temporada de House, que está subtitulado y es la pera desde el principio. Te añado además como lo presentan:
"El mejor capítulo de la cuarta temporada hasta el momento. Chequen como se friega a Cuddy al final."
http://www.tu.tv/videos/dr-house-4x09-subtitulos-en-espanol
Me ha gustado la referencia que haces a que en una película subtitulada las personas después no son conscientes de que han estado leyendo, y es cierto. Y claro está ¿como resumir adecuadamente el texto en los subtítulos para que se entienda "de que va la cosa" y de tiempo a leer?. Y por otro lado ¿como "casar" la longitud de las frases para que los dobladores puedan sincronicarlas con el movimiento de labios de los actores?.
Esto de la traducción es realmente un arte, y yo que voy a los traductores automáticos (¿anatema?) para que me den una triste traducción. Pero ¿y el futuro?, ¿simplificamos y vamos a una lengua global que no precise ser traducida: inglés, esperanto...? O hacemos como en el Ikea: ponemos folletos con dibujitos para los montajes de los muebles y eliminamos el idioma... O.....
Siempre interesante Anabel te deseo felices y multilingües navidades y própero año nuevo:
África:Geseende Kerfees en 'n gelukkige nuwe jaar.
Albania: Gëzuar Krishlindjet Vitin e Ri!.
Alemania: Fröhliche Weihnachten.
Armenia: Shenoraavor Nor Dari yev Pari Gaghand.
Asturias: Bones Navidaes & Gayoleru anu nuevu!.
Bélgica: Zalige Kertfeest.
Brasil: Feliz Natal.
Bulgaria: Tchestito Rojdestvo Hristovo, Tchestita Koleda.
Cataluña: Bon Nadal i un Bon Any Nou.
China: Sheng Tan Kuai Loh (mandarín) Gun Tso Sun Tan'Gung Haw Sun(cantonés).
Corea: Sung Tan Chuk Ha.
Croacia: Sretan Bozic.
Dinamarca: Glaedelig Jul.
Egipto: Colo sana wintom tiebeen.
Eslovenia: Srecen Bozic.
Esperanto: Gajan Kristnaskon & Bonan Novjaron
Hispanoamérica: Felices Pascuas, Feliz Navidad.
Estados Unidos de América (y países de habla inglesa): Merry Christmas - Happy New Year.
Hebreo: Mo'adim Lesimkha.
Inglaterra (también para países de habla inglesa): Happy Christmas.
Finlandia: Hauskaa Joulua.
Francia: Joyeux Noel.
Gales: Nadolig Llawen.
Galicia: Bo Nadal e Bo Ani Novo.
Gaélico: Nollaig Chridheil Agus Bliadhna Mhath ùr.
Grecia: Eftihismena Christougenna.
Holanda: Hartelijke Kerstroeten.
Hebreo: Mo'adim Lesimkha.
Hungria: Kellemes karácsonyi ünnepeket és Boldog újévet!.
Indonesia: Selamat Hari Natal & Selamat Tahun Baru.
Iraq: Idah Saidan Wa Sanah Jadidah.
Irlanda: Nodlig mhaith chugnat.
Italia: Buon Natale.
Japón: Shinnen Omedeto.
Latín: Pax hominibus bonae voluntatis.
Lituania: Linksmu Kaledu ir laimingu Nauju metu.
Luxemburgo: Schéi Krëschtdeeg an e Schéint Néi Joer.
Malasia: Selamat Hari Natal dan Tahun Baru.
México ( y países latino americanos): Feliz Navidad, Felices Pascuas.
Noruega: Gledelig Jul.
Nueva Zelanda (en Maorí): Meri Kirihimete.
País Vasco: Zorionak eta Urte Berri On!.
Países Árabes: I'D Miilad Said ous Sana Saida.
Polonia: Boze Narodzenie.
Portugal: Boas Festas.
Rumania: Sarbatori vesele.
Rusia: Hristos Razdajetsja.
Serbia: Hristos se rodi.
Somalia: Ciid wanaagsan iyo sanad cusub oo fiican.
Suecia: God Jul.
Tahiti: Ia ora i te Noere e ia ora na i te matahiti 'api.
Tailandia: Sawadee Pee mai.
Turquía: Noeliniz Ve Yeni Yiliniz Kutlu Olsun.
Ucrania: Srozhdestvom Kristovym.
Valencia: Bon Nadal i millor any nou.
Vietnam: Chung Mung Giang Sinh.
¡Hay que ver cómo te lo curras, Anabel (¿de Ana Belén?)!
Yo soy totalmente partidario de los doblajes porque no voy al cine a calentarme la cabeza leyendo o escuchando lenguas que ignoro. Quiero disfrutar de la imagen, de los gestos de los actores, de la música...
De todos modos no hay que olvidar una coas y es que los problemas de traducción (matices, etc) sólo se los plantea el traductor (que NUNCA es traidor, me parece una solemne chorrada la frasecilla de marras ésa) si es honrado. A los que sólo nos valemos del español, se nos da una higa que traduzcan algo así o asá, para bien o para mal, nos tenemos que contentar con lo que nos den, o lo que nos echen, como a los cerditos, jejeje.
Al margen de bromas y por poner un ejemplo, el de la peli de "La gata sobre el tejado de cinc" (que también tuvo problemas de censuras el titulito, con lo de no saber dónde meter la palabra "caliente"), con la guapísima Liz Taylor y el entrañable Paul Newman. Sin duda, los diálogos de insigne Tenessi Willians son una maravilla en inglés (para el que entienda esa lengua, obvio), pero yo nunca sabré apreciarlos así que me confomo con el doblaje cuyos diálogos también son memorables: cuando la Liz Taylor tacha de "coneja paridora" a la cuñada y de "monstuos cuellicortos" a los lindos sobrinillos.
En fin, Feliz Navidad y própspero año nuevo. Te lo digo en español y va que chuta, jejeje jejejito.
Flanders.
Queridísimo Pitágoras:
Agradecerte en primer lugar tu lectura y en segundo tu comentario (o viceversa) sin lugar a dudas, interesantérrimo (e inventemos superlativérrimos). Efectivamente, los subtítulos del “Titanic” son argentinos. A este respecto, tenía unos documentos oficiales sobre la ley de traducción en el cine argentino, pero con el lío que tengo no los encuentro. Hablaban sobre el castellano neutro y el regional, así como la actualización histórica. Los postearé si aparecen algún día porque creo recordar que no tenían desperdicio alguno.
Como siempre, me planteas cuestiones como si mis respuestas tuvieran alguna autoridad y yo sólo planteo las cosas al “cable” y si alguien tiene algo que decir, que emita. Autoridad no tengo ninguna, si a mandato se refiere, y si la tuviera tendría numerosos y multitudinarios detractores (véase Flanders). Simplemente intento plasmar cosas que he leído (no tantas como quisiera), aprendido (me faltan millones) y después intento desarrollar eso que llaman “espíritu crítico”. Si debe o no ser doblada o subtitulada la película al castellano local, pues puestos en materia creo que sí. Hablábamos de los reflejos culturales y de hacer lo más familiar posible la película al espectador, en ese caso, no tiene sentido que aquí nos digan palabras como “chingo, manejar un coche, el selular, la computadora…” porque nos suena “raro” y en el caso contrario, imagino que también, claro está que hay elementos culturales intraducibles y sin equivalencia alguna (porque poner una nota a pie de pantalla cinematográfica sería demasiado rizar el rizo y hacer un “stop” explicativo, un “tirabuzón”). En adaptar y respetar creo que está el término medio. Se me ocurren cosas como, imagínate que llevamos al máximo el localismo y la película “Algo pasa con Mary” la doblan además con acento gallego, ya puestos, a los gallegos también ha de resultarles peculiar el castellano de Castilla y ¿la titularían “Algo paxa con Marujiña?”.
En cuanto al futuro, pues como somos animales de costumbres, no creo estemos muy cerca del tiempo en que se cambie el doblaje por la VOS y bien está que tengamos en algunas, no tantas, ocasiones la opción de elegir, como yo digo, a más variedad a más complacerá pues la vida es un mercado. Si algún día llegamos a ser bilingües, cosa que me extraña debido a la actual calidad de la enseñanza de idiomas en el país (y en esto no tengo autoridad pero me atañe directamente una pequeña parte), lo lógico sería que si todos hablamos inglés no hiciera ni falta doblar ni subtitular en cuanto a producción anglófona me refiero. Pero para que eso ocurra habrá que modificar muchos esquemas, leyes, mentes y qué sé yo más.
En realidad (nota a pie de comentario) ¿sabías cuál es el motivo fundamental de que las películas se doblen en castellano? Te ilustro con un párrafo de Fernando Toda Iglesia, profesor de Audiovisuales de la Universidad de Salamanca, que por supuesto sabe muchísisimo más que yo.
"Cuando en los cuarenta llegó el cine sonoro a España, la mayoría de la población era analfabeta y no se podía pedir que el entretenimiento hubiese que leerlo. Además, el doblaje garantizaba que nadie en la sala entendiese lo que realmente se decía en el original. Por ejemplo, en Casablanca se cuenta que Rick estuvo luchando contra Franco en el bando republicano y tras el doblaje donde estuvo fue en Austria". Toda Iglesia explica que quienes más optaron por el doblaje fueron los dictadores: Hitler, Mussolini y Franco. "En el Portugal de Salazar no exhibían lo que no querían oír".
Para acabar, gracias por tu enlace “House”, yo te dedico otro que introduciré ASSAP.
Muy felices Navidades para ti también y siempre me hace feliz saber que me acosté aprendiendo algo nuevo y alguien más también lo hizo. Un abrazo Jingle Bells.
Tampoco tú te quedas manco a la hora de comentar, Flanders ¿Flanders? ¿Gentilicio de los Países Bajos, flamenco o estoy hablando con el mismísimo y entrañable personaje de Springfield?
Me ha parecido interesante tu comentario y tienes tu razón para manifestar tu gusto y tus razones para elegir el modo de adaptación que más te complazca. En realidad, comencé por tratar este tema sin demasiadas ideas preconcebidas, y por supuesto, respeto todos los gustos, yo no estoy en contra de “casi” nada. Si se me ve demasiado el plumero (y la pluma) en algunos aspectos espero que no sea tan evidente como a un Jiménez Losantos, (y que me libre cualquier dios de ello). Simplemente es un tema que me interesa y puesto que leo que lo lees, creo que a ti también. Por supuesto que es el traductor el que se plantea esas cuestiones, y no el mero espectador que va a tragarse, en general, lo que le echen. Una asamblea a priori o a posteri de ver una película ya sería el colmo del “culturecatetismo” y con los culturetas y los catetos lo siento, pero no puedo.
“Evasión” ese era y sigue siendo uno de los grandes objetivos de ir al cine, de ver una película (como antiguamente (ahora poco) lo fue el teatro). Olvidar nuestros problemas por unos minutos y meternos en otras historias (si eso se complica con lectura nos evadimos menos, eso es cierto, pero ¡cuán suerte tenemos de saber leer! y esto me ha dado una idea para un futuro).
Me han encantado tus alusiones fílmicas, traducción, censura y compromiso social. Tengo también ejemplos numerosos y algunos de revelación propia. Lo malo de esto es que temo pecar de ser demasiado farragosa, ahí está la cosa e intento, como si de un film se tratara, medir cuanto puedo, y a veces, mis disculpas, pues sé que me salgo. Sin lugar a dudas acabo diciéndote que sí, que existen doblajes ultra maravillosos, traducciones espléndidas y que a quien no le interesa toda esta parte griega, como tú dices “se la higa” (interesante expresión que no había oído antes y la anoto para que forme parte de mi actual vocabulario).
Un placer volverte a leer.
Felices Navidades a ti también (y en castellano) y de regalo de navidad también te dedicaré un vídeo que espero que te “mole”.
Saludos y mazapanes
Me ha "molestado" que me tildes de "detractor", Bells, porque creo que no he menospreciado en ningún momento tus comentarios.
¡Te mandaré de penitencita unos rosaritos de rodillitas!
Y por otro lado, ¿qué manía tiene la gente con las versiones originales? ¿Quién iría a ver una peli albanesa en albanés? NADIE.
Es mercaduría barata esa manía: así se ponen más películas yanquis. Ya lo decía la simpar Liza Minnelli: moni moni moni moni moni moni...
Un saludo, Bells.
Flanders.
Publicar un comentario