miércoles, 30 de enero de 2008

LA TEORÍA DE LOS FÓSFOROS (Zündhölzer)

Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillas en nuestro interior, no las podemos encender solos, necesitamos, como experimento, oxígeno y la ayuda de una vela (Kerze). Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento (Atem) de una persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, una caricia, una palabra o un sonido que haga disparar el detonador (Zünder) y así enceder una de las cerillas. Por un momento nos sentiremos deslumbrados (geblendet) por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión (Verbrennung) que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía el alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillas se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo. Si eso llega a pasar el alma huye de nuestro cuerpo, camina errante por las tinieblas (Finsternis) más profundas tratando vanamente de encontrar alimento por sí misma, ignorante (unwissend) de que sólo el cuerpo que ha dejado inerme (wehrlos), lleno de frío, es el único que podría dárselo. (…) Hay que permanecer alejados de personas que tengan un aliento gélido. Su sola presencia podría apagar el fuego más intenso, con los resultados que conocemos. (…) Hay muchas maneras de poner a secar una caja de cerillas húmeda, pero puedes estar seguro de que tiene remedio.
Como agua para chocolate. Laura Esquivel

miércoles, 23 de enero de 2008

EL HERMANO OLVIDADO DE LAS BRONTË


"All my life I have done nothing either great or good"
Branwell Brontë




El otro día me sentí histórico-romántica, creo que por culpa de una película que vi, Expiación, y decidí pasear de nuevo entre las hojas de J. Austen y las Brontë. No sé qué es lo que en concreto me llevo a ello, pero sentí un lazo de unión entre esa historia y las historias que estas escritoras contaban, o tal vez no fue eso, simplemente una epifanía, en fin, quizás sólo cosas mías, subjetivismo y melancolía. El caso es que quise volver a ellas y los apuntes de narrativa ya hace siglos que los tiré. De cualquier modo, curioseando descubrí que las Brontë también eran los Brontë, cuánto tiempo para llegar a saber, a estas alturas, que además hubo un hermano -ignorante de mí-. Escribo esto porque me llamó poderosísimamente la atención su vida, su obra... Patrick Branwell Brontë, así se llamaba.


Sie zeigt von links Anne, Charlotte, Branwell und Emily.

Su biografía no podía ser menos que la de sus hermanas. Tutor, retratista, poeta…
Su gran historia de amor, nefasta, con una mujer casada, Mrs. Robinson, mucho mayor que él, le condujo a escribir estos versos, y poco después, a su muerte.

Lydia Gisborne (June 1846)

(Lydia Gisborne era la Sra. Robinson. Este poema es una reflexion del tiempo que pasó con ella en su casa en Thorp Green).

On Ouse's grassy banks - last Whitsuntide,

I sat, with fears and pleasures, in my soul

Commingled, as 'it roamed without control,

'O'er present hours and through a future wide

Where love, me thought, should keep, my heart beside

Her, whose own prison home I looked upon:

But, as I looked, descended summer's sun,

And did not its descent my hopes deride?

The sky though blue was soon to change to grey -

I, on that day, next year must own no smile -

And as those waves, to Humber far away,

Were gliding - so, though that hour might beguile

My Hopes, they too, to woe's far deeper sea,

Rolled past the shores of Joy's now dim and distant isle.


"Emily" por Branwell

viernes, 18 de enero de 2008

UNA CITA DE "LA SIRENA Y EL PÉNDULO"

Tengo sentimientos que varían según las palabras que empleo. Me sucede estar desesperado en una lengua y apenas triste en otra. Cada lengua nos hace mentir sobre nosotros mismos, con excepción de una parte de los hechos; pero en la mentira hay una afirmación, y es una manera de ser en un momento determinado; muchas lenguas a la vez nos desconocen, nos fragmentan, nos dividen en nosotros mismos.
La cita pertenece a Héctor Bianciotti, quien escribe en castellano y en francés. Posiblemente Bianciotti haya escrito estas palabras en castellano, y luego en francés, traduciéndose a sí mismo. O tal vez Jolicoeur, autor de La sirena y el péndulo. Atracción y estética en la traducción literaria las haya traducido al francés, y ahora vuelven al castellano, seguramente diferentes. ¿Cuál de las versiones será la más fiel a eso que el autor siente?
Inseguridad, insatisfacción, infidelidad. Las angustias que inundan a quien intenta reescribir en una lengua lo que alguien ha escrito en otra. Dice Raúl Dorra en su artículo La fidelidad del traductor: “Cualquier mensaje no sólo dice sino también calla, tiene algo cuyo significado se nos escapa.”
La máquina del tiempo...

martes, 15 de enero de 2008

1, 2, 3 SEGUIMOS CINEANDO (el doblaje, los subtítulos y sus circunstancias)

La cuestión de poder en la traducción parece ser especialmente pertinente y aplicable al cine contemporáneo. Recientemente, los expertos en traducción han acordado que la verdadera traducción no tiene lugar entre palabras sino entre culturas. El texto se percibe como una parte íntegra de la palabra y no como “un espécimen aislado de la lengua”. Así, el proceso de traducción es visto como una transferencia transcultural, que está determinada por el grado de prestigio que tienen la lengua origen y la lengua meta, así como sus relaciones recíprocas.
Snell Hornby "Translation Studies. An Integrated Approach "1998


Allá por el 22 de diciembre de 2007 nos quedábamos diciendo que a Francia se le ocurrió la genial idea de doblar películas. Lo cierto y verdad es que, y perdonad la demora, me ha costado un poco retomar el tema, pero ya puestas en materia y leídos vuestros comentarios (mis más profundas y sinceras gracias) seguimos ilustrando estos hechos que espero nos sirvan, a los interesados, comprender aquello que nos parece tan “normal” ya que es a lo que estamos acostumbrados desde siempre.

On y va...

Pues sí, decíamos los franceses. Que a los franceses se les ocurriera el doblaje no fue por algo fortuito. Uno de los factores que contribuyó a esta elección fue el hecho de que estaban tan acostumbrados a escuchar su idioma en la tele y en el cine (debido al gran número de producciones propias) que fueron las propias audiencias las que automáticamente demandaron la forma de doblaje.
Tras esta innovación francesa, la introducción del doblaje se adaptó rápidamente tanto en países grandes como pequeños. El coste de la producción de una película se incrementó y a los países pequeños les resultaba cada vez más difícil exportar sus producciones. Inevitablemente, sus producciones nacionales decayeron. Esto fue lo que llevó a que la importación incrementase. Por el contrario, los países europeos más “poderosos” estaban mejor equipados para continuar produciendo sus propias películas. Sin embargo, también se enfrentaron con la competición americana. La gran diferencia entre países grandes y pequeños se reflejó más tarde en la elección del modo de traducción: los países con más medios económicos tendían a doblar producciones extranjeras, mientras que los pequeños, subtitularon.

Desde principios de los años 30 hasta principios de los 50, las compañías americanas gobernaban toda la industria cinematográfica porque monopolizaban sus equipos de grabación. Durante la 2ª Guerra Mundial, la industria americana floreció y se rodaron aproximadamente 2500 películas.
Alemania, Italia y España formamos un grupo completamente diferente. Hace sólo unas décadas éramos países fascistas convencidos de nuestra propia superioridad y excelencia, y las industrias cinematográficas de la post-guerra eran una herencia directa de estos gobiernos dictatoriales. Los dictadores eran completamente conscientes de que escuchar la propia lengua servía para confirmar su importancia y reforzar un sentido de identidad nacional y autonomía. En España “Franco también gobernó contra cualquier versión no doblada en un intento de mantener la supremacía del idioma nacional como expresión de poder cultural, político y económico.” (del Camino Gutiérrez 1997).

También los gobiernos alemanes e italianos adoptaron normas promoviendo e incluso forzando a realizarse doblajes como modo de traducción cinematográfica. En España, entre 1936 y 1975 había unas noventa órdenes ministeriales publicadas, que eran una forma prescriptiva de censura. Exhibir películas en idioma extranjero estaba oficialmente prohibido “debido a los efectos nocivos que la película pudiera producir en la sociedad”.

“Queda prohibida la proyección cinematográfica en otro idioma que no sea el español, salvo autorización que concederá el Ministerio de Industria y Comercio y siempre que las películas en cuestión hayan sido previamente dobladas. El doblaje deberá realizarse en estudios españoles que estén ubicados en el territorio nacional y por personal español”.
La utilización de la lengua materna, obligatoria bajo la presión de las autoridades, afectó no sólo a la estrategia de traducción de este periodo, sino también contribuyó a determinar la preferencia de las audiencias hacia el doblaje.
Por tanto, no es sorprendente que los espectadores españoles se hayan acostumbrado a la técnica de doblaje que lleva instaurada ya tantos años. Teniendo en cuenta que las audiencias cada vez son mayores y el público general no tiende a hacer ningún esfuerzo en leer el texto subtitulado en la pantalla, no va a ser fácil erradicar esta tradición de tan largo tiempo en España.

Pero la industria cinematográfica no se limita sólo a Europa. El mundo entero está inundado de producciones americanas. Casi a comienzos del siglo XX los Estados Unidos empezaron a establecer su posición incuestionable en el mundo. Hacia 1890 “la frontera” había desaparecido. Era la época en la que América debía decidir si seguir o no los pasos de otros imperios y adquirir algunas colonias. Sin embargo, debido a diferentes factores, resolvieron no imitar los patrones tradicionales. En vez de eso, expandieron la Doctrina Monroe y se convirtieron en el poder dominante del mundo cambiando la estrategia hacia una hegemonía cultural y económica. El llamado estilo de vida americano, el mercado de economía libre y la democracia se convirtieron en símbolos de la cultura americana. Los Estados Unidos han perseguido explotar masivamente la cultura neocolonial. Es posible que a través de las películas –entre otros muchos factores- que los valores americanos se extendieran por todo el mundo y se comenzaran a contemplar como valores universales e ideales. Y esto se puede considerar como otra forma de colonización.

Los países de habla inglesa y particularmente los Estados Unidos, nos llevan la delantera y mueven los hilos en la industria cinematográfica de hoy día: la globalización es generalmente sinónimo de una anglinización unidireccional, el dominio del inglés y la cultura angloamericana a expensas de otras lenguas y culturas”. Un punto interesante que prueba que el dominio americano y su estrechez de miras en cuanto a otras culturas son los “Oscars”, convocados anualmente por una academia institucional que aspira a una fama global. Entre sus categorías se encuentra la de “mejor película extranjera”, donde la palabra “extranjera” significa cualquier cosa que no sea anglófona.

Sin embargo, no es sólo el dinero lo que decide el modo de traducción. La elección del tipo de traducción depende en gran medida en la actitud de la lengua meta con respecto a la lengua origen y no es infrecuente que los factores políticos determinen el modo elegido. Resumiendo, los países de la Europa del oeste no se oponen a las producciones americanas. En los países árabes, por el contrario, hay una fuerte resistencia en adoptar las normas y hábitos del adversario americano. En contraste y oposición a Hollywood, la cinematografía hindú, bajo el nombre de Bollywood, ha desarrollado y florecido en su propio territorio así como en otros países con unas fuertes actitudes antiamericanas. En conclusión, se hace obvio que la traducción de películas no es sólo un problema lingüístico, sino más bien una actividad que está condicionada en gran medida por las necesidades funcionales de recibir o no cultura, o simplemente, por las demandas hechas por las películas originales.

Seguiremos con doblajes y subtítulos (spring final). Y os dejo para la meditación, visión y audición un vídeo para amenizar esta árida entrada. Es de la película "Der Untergang" (La caída). Lo pongo por varias razones. En primer lugar, por el tema y lo comentado anteriormente sobre la relación entre cine y fascismo, la influencia en la traducción y su modo. En segundo lugar, para constatar que el desconocimiento del idioma nos puede hacer creer que lo que se traduce es lo que realmente se dice y finalmente, como apunta el subtitulador de este vídeo, el desconocimiento de una lengua no impide entender lo que se habla porque siempre ayudará el contexto y el gesto (él mismo confiesa haberlo traducido sin tener idea de alemán). Bueno, ya me contaréis.