martes, 19 de febrero de 2008

ACHTUNG! MUJER Y LIBRO ¿PELIGRO?

“La palabra empfindsam, propuesta en 1768 por el crítico y dramaturgo Gotthold Ephraim Lessing como equivalente alemán del calificativo inglés sentimental, se convirtió rápidamente en una palabra clave en la esfera lingüística alemana para descubrir el nuevo tipo de vida emocional que cultivaba la sociedad burguesa. A la lectura le correspondió un lugar central en el fomento de la sensibilidad del individuo: leer significaba ahora identificarse con las emociones que otro había confiado al papel y, al mismo tiempo, explorar y ampliar el horizonte del propio potencial emocional”.

Este párrafo pertenece a “Horas de éxtasis”, uno de los capítulos de Las mujeres, que leen, son peligrosas de Stefan Bollmann (y he de puntualizar que el uso estratégico de la coma tras la palabra “mujeres”, no sé, me resulta interesante. Realmente ¿debería ir ahí?). Me regalaron este libro las pasadas navidades y acabo de terminarlo y ya que ciertas cosas me derivan, sin más remedio, a otras, pues aquí queda esta entrada.

Nunca me han gustado las catalogaciones de cosas de hombre vs cosas de mujer, aparte de lo que a indumentaria y accesorios diversos le confiero -no tantos- y en estos tiempos, menos aún. Lo que llaman literatura femenina, en cierta manera y en casi todas, me crispa, y no lo puedo evitar, pues nunca oí hablar de una literatura masculina, que por no haber escuchado no dudo que exista, sin embargo no puedo tampoco rechazar la evidencia histórico-literaria de tantísimos hechos y es por esto. Laura Freixas en el prólogo al libro Madres e hijas cita:

“Ese es el verdadero problema para poder reconocer la existencia de una literatura femenina: la idea implícita, pero muy generalizada, de que la literatura escrita o leída por mujeres es (como todo lo femenino) de segunda categoría. Literatura femenina sería pues equivalente de subliteratura: una prolongación, ligeramente más culta, de las fotonovelas, los culebrones y las revistas de modas. Es lo que ha ocurrido con la palabra 'poetisa': está tan cargada de connotaciones peyorativas (véase por ejemplo el personaje de Aina Cohen, cursi, aduladora, solterona y lesbiana reprimida, en Mort de dama de Llorenç Villalonga), que las mujeres que escriben poesía optan hoy, unánimemente, por llamarse a sí mismas poetas [...] Hacemos el juego a los que piensan, como aquel crítico de arte, que 'cuando las pintoras pintan bien, ya no son pintoras, son pintores' [...]”.

Pero vayamos al libro, que me pierdo entre feminismos. Me ha gustado, casi más por la selección de imágenes que por el texto, que se me queda más que corto. Mientras, me concentro en una de ellas "Mujer leyendo". Absorta por el mundo de la lectura...
Peter Janssens Elinga "Mujer leyendo", 1668/1670

La obra, tal y como Bollmann señala, puede traducirse como algo diferente. El contexto histórico y también la clave de lo que está leyendo, (si nos acercamos al cuadro podremos leer las páginas. Een schoone historie van den Ridder Malegys, die het vervaarlyk paard Ros beyaard wan: en die veel wonderlyke en avontuerlyke dingen bedreef. Es un romance de caballerías en holandés medieval sobre un personaje llamado Malegys que realizó innumerables y maravillosas proezas, (traducción en prosa del romance épico francés del s.XIII Los cuatro hijos de Aymón). Esta lectura puede entenderse como algo inapropiado para una criada, que está perdiendo el tiempo dándole alas a su fantasía en vez de estar trabajando. Sin embargo, estos dos puntos de vista son los dos lados de la misma moneda.

En un artículo de James Conlon titulado Men Reading Women Reading: Interpreting Images of Women Readers, el autor explica que cualquier mujer leyendo transmite cierta amenaza a la cultura patriarcal. El libro le quita el hecho de ser dominada por un mundo de hombres y la coloca en su mundo textual donde el placer y la sabiduría están, literalmente, en sus propias manos. Por tanto, el pintor controla el lado femenino que retrata. El retrato de Elinga también podría interpretarse de esta manera: la mujer sentada de espaldas hacia nosotros: inconsciente de nosotros, del pintor, simplemente leyendo. Además, insinuando su pereza (los zapatos tirados, la fruta…) el pintor controla el deseo de la mujer imponiendo un juicio moral en ello. Si esto es así, entonces, esa lectura femenina le confiere poder y ¿es eso precisamente lo que causa la necesidad de control?

Otro artículo de Stephan Schindler Fantasías masculinas de mujeres leyendo en la Alemania del s. XVIII cuenta que el simple hecho de ver a una mujer leyendo era percibido históricamente como una amenaza hacia el patriarcado. El autor describe cómo en el s. XVIII, tanto críticos literarios, filósofos, pedagogos y médicos estaban obsesionados con controlar la lectura femenina. El motivo principal de tal obsesión era que la lectura femenina provenía de su naturaleza sexual. Schindler, en Hannoverisches Magazin (1789) ilustra cómo el divertimento de la mujer a través de un texto era tan temido como un divertimento sexual real. A través de su imaginación la mujer crea una imagen con la que se acuesta por las noches y se levanta por las mañanas. Y ¿no es esta imagen tan altamente peligrosa como la de un amante secreto?

Su artículo muestra cómo toda clase de profesionales buscaron darle una patología a esa manía femenina de leer (Lesewut or Lesesucht en alemán), con el fin de curar a estas mujeres y eliminar de una vez por todas la amenaza de ese deseo femenino. Un retrato de Pierre-Antoine Baudouin (1760) "Frauen die Lesen" muestra a una mujer que sufre de tal Lesesucht: ha entrado en éxtasis mientras leía una novela. Boll incluso sugiere que la otra mano, la que no se ve, se encuentra bajo la falda, cosa que yo no aprecio pero de ser así ¿qué?

Pierre-Antoine Baudouin "La lectura". 1760

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Mare de Deu cuantísima información...
Las estadísticas dicen que las mujeres leen mucho más que los hombres, aunque esto se invierte en la franja de la edad de la jubilación en que los hombres lectores aventajan a las mujeres lectoras (¿cuestión generacional que se irá perdiendo a medida que las nuevas lectoras en activo pasen al dulce paraíso del imserso?). Me desvío... Indudablemente cada vez hay más mujeres licenciadas, mujeres novelistas, mujeres vicepresidentas... María Teresa Fernández de la Vega al poder, mejor dicho, ¡que viva el matriarcado!

Anónimo dijo...

Señora Anabel:
Realmente la coma a la que usted alude es totalmente "desagerá". Implica que todas las mujeres leen y eso no es cierto.
En cuanto a los aleluyas de Anónimo a los matriarcados me producen pánicos. Si doña Teresa etc (¿por qué quienes tienen un primer apellido corriente y un segundo un tanto más "glamuroso" se hacen llamar con el nombre completo?) llegase al poder (no quiera la Virgencica de la Fuensantica) sería todavía peor que el Aznar y que el Zapatero junticos.
Y para terminar, les propongo a las "feminista" nuevos campos de batallas: aún no se han metido con la asquerosa, machista, fascista y retrógrada baraja española. Todavía no las he visto encadenarse a los leones del Congreso para exigir un soto de oros, una caballa de copas y una reina de bastos.
Un saludito, Anabel.
Ay, una pregunta: el idioma de las chinas al que aludes es sólo escrito o también es lingüístico. No sé si me explico: ¿es el mismo chino de los hombres pero con signos distintos o se trata de una lengua (con todo eso de morfología, fonética, etc) distinta? Se me acaba de ocurrir la pregunta.
Gracias si me respondes. (Y si no, también; que lo cortés y eso...).
Un saludo.
Flanders.

Anónimo dijo...

Esto se pone cada vez más interesante Anabel y ¿sabes? , a mí también me pasa ese efecto de concatenación de ideas y como tú dices, una cosa lleva a la otra. Leí un libro llamado “el efecto carambola” y gran parte del avance de la humanidad se debe a eso a ser capaces de interactuar como las bolas de billar y partiendo de lo anterior crear algo nuevo.
¿Las mujeres, que leen, son peligrosas? El título del libro es sugerente y aunque es verdad que dividir las cosas según el género de quien lo realiza tampoco me gusta, hay que reconocer que la historia humana ha sido como es y las mujeres han debido de superar muchos obstáculos.
Me gusta como comentas lo que el libro dice de las mujeres que van leyendo, y como eso puede dar un vuelco a lo establecido. No podrá el hombre controlarlas y además ¿Qué pensarán al acostarse y al despertar?
Esas imágenes son preciosas y si te gusta unir arte y lectura te recomiendo este blog que encontré por casualidad y que tiene una amplísima selección “de cuadros de lectores”: http://elartedelalectura.blogspot.com.
Siempre un placer pasar por tu torre peligrosa amiga, pero sin estos “peligros” ¿que sería la vida?.
Te deseo una lectura intensa y emocional.

Anabel dijo...

Muchas gracias por vuestros comentarios. No pretendía hacer ningún alegato feminista, sino simplemente plasmar ciertas disonancias que, a pesar de los tiempos, me siguen llamando la atención. Si hoy día las mujeres leen más, estudian más, etc, bueno, existen numerosos factores, hay muchísimas más oportunidades (cosa que antes no), un cambio de mentalidad hacia la racionalidad (menos mal) y además, cabe destacar, por lo que tengo entendido, que también somos más en “porcentaje poblacional”, pero de todo hay en este, nuestro mundo. La cuestión es esa, si empezamos ya a dividir la población lectora, licenciadas, ministras, etc. estaremos, pienso, cayendo en el mismo error de antaño. No creo que se trate de dividir entre hombres y mujeres, sino simplemente en personas, que otra cosa son los hechos pasados (aunque no por ello olvidados e irremediablemente condicionadores de todo nuestro presente).
En cuanto a las comas que encierran la oración “QUE LEEN”, no estoy de acuerdo Flanders en que se interprete como que “todas las mujeres leen” sino otra cosa más que diferente. Veámosla. “Las mujeres, que leen, son peligrosas” es una oración subordinada de relativo explicativa y esto te lo ejemplifico con una clase de lengua express, si no te importa.
Hay dos tipos de oraciones subordinadas adjetivas: las especificativas y las explicativas. Éstas pueden, a su vez, clasificarse según cuatro criterios:

PROPOSICIÓN ADJETIVA ESPECIFICATIVA
Criterio semántico: Limitan la extensión del significado del sustantivo al que se refieren.
Criterio sintáctico: Es esencial; no se podría suprimir sin modificar el contenido de la oración.
Criterio fonológico: Su línea melódica forma un todo con el resto de la oración. La entonación no se hace más grave, ni se dice entre pausas.
Criterio ortográfico: No se escribe entre comas.

PROPOSICIÓN ADJETIVA EXPLICATIVA

Criterio semántico: No limitan el significado del sustantivo, sino que destacan algo que ya está implícito en él.
Criterio sintáctico: Se podría suprimir sin que variara el contenido de la oración.
Criterio fonológico: Su entonación se hace más grave y se dice entre pausas.
Criterio ortográfico: Se escribe entre comas.

En la oración “Las mujeres que leen son peligrosas”, la proposición adjetiva restringe el significado de mujeres, pues no se alude a todas las mujeres, sino sólo a algunas de ellas, las que leen. Luego es especificativa.

En la oración “Las mujeres, que leen, son peligrosas”, se alude a todas las mujeres y se pone en relieve una característica de las mismas: todas y cada una de ellas son peligrosas, tanto las que leen como las que no lo hacen. Es, por tanto, explicativa.

En cuanto a los apellidos altisonantes, pues sí, tienes razón, con respecto a tu opinión política estoy completamente de acuerdo y en lo que comentas de la baraja (muy graciosa apreciación, por cierto me he reído mucho) pues también, si hay alguna feminista por ahí y además con ganas… pero creo que primero habría que cuestionar cuestiones monárquicas reales para modificar los sucedáneos. Yo apuesto por una reina de bastas y una caballa del copón.
Y finalmente, la pregunta que me haces sobre el Nushu, creo que te refieres a si es sólo escrito o también hablado. Es sólo escrito, al menos eso es lo que he leído, como era un lenguaje un tanto epistolar con el código escrito era más que suficiente.
Gracias a ti Flanders ;)
Una página muy interesante la del enlace que me has enviado, muy chuli Pitágoras.Muchas gracias.

Anónimo dijo...

Gracias por la explicación lingüística, que nos ha valido a todos. Yo sin en este tema de la coma y su significado, me ha quedado algo claro: ¡que peligro las mujeres!. Hay quien me dice que esto es una aposición, para mi solo una suposición.

Hautor dijo...

Uhmm, inquietante la imagen de Pierre Antoine. El libro como íncubo. Maléfica, diría yo.

Un beso, Anabel.

Anónimo dijo...

Muchas gracias, Anabelén por las explicaciones.
No soy "feminista" pero desde luego tampoco soy "machista" y nada más lejos de mi intención burlarme de los derechos de las personas (sean féminas u varones), pero no me resisto a burlarme de los excesos.
Hablando de copas, pues que viva el copón de Bullas.
Flanders.

Anabel dijo...

Eso es Mr. Flanders,¡un hip hipo por el copón de Bullas! Creo que me mal interpretaste, pues por los datos que tengo tuyos ni te consideraba machista (ni tampoco, aunque mucho menos, feminista) y no creo que haya aludido a eso con respecto a ti en mi comentario anterior o previos. Para tu consuelo te diré que yo tampoco comparto esos ideales y por supuesto, a mí lo que también me pone son los excesos que creo son la chispa de la vida, que un encefalograma plano es molto exasperante.
Sin crítica no hay dialéctica (una chorrada que se me acaba de ocurrir) y tus comentarios me dialectizan (si se me permite esta licencia).
Besitos y excesos.

Anabel dijo...

Hola Hautor, qué alegría verte por estas tierras mías, pervesión y diablos, uuuuuuuuhhhhhhh ¡qué miedo! Te debo un correo, no se me olvida, ahora en un rato me pongo.
Otro besazo Javi hop.

Anabel dijo...

Y este comentario para Tágoras (¿te quitaste el piiiiiiiiii? ¿por qui?). Bueno, suponer supones mal, en cuanto a peligrosidad y aposición, sobre todo en cuanto a esto último. Imposible que sea aposición porque no es sintagma nominal que complemente a otro sintagma nominal, es una oración subordinada dependiente de una principal. Esta noche estoy más diabola que docente, espero me disculpes la clase magistral pero te dejo un enlace donde podrás comprenderlo mejor tú y quién mal te encaminó en dicha suposición: http://www.materialesdelengua.org/LENGUA/sintaxis/vocativo_aposicion/vocativo_aposicion.htm
Gracias Piiiiii

Anónimo dijo...

Decir que las feministas queremos la igualdad no resaltar solo la figura de la mujer y menospreciar la del hombre